¡Lázaro, levántate y anda!

¿Llega el fin de semana, ese puente tan esperado o tienes que apurar algunos días que te quedan de vacaciones y no sabes en qué emplear ese preciado tiempo?

¿Te gusta el arte, la naturaleza, el cine, los viajes? ¿te gusta caminar, comer, reirte? ¿tienes alguna habilidad que aún no has compartido con tus amigos? ¿te gusta el campo y no sabes cómo enfocar una salida sin ser un dominguero? ¿o por el contrario te gusta el mar pero no te gusta que eso te obligue a tumbarte al sol dejando pasar las horas muertas? ¿tienes hijos, sobrinos o sobrinos postizos a los que quieres sorprender no sólo con los parques de bolas, el cine y los belenes en Navidad?

La Agenda de Julia se pone a tu disposición. Sólo curiosea por aquí y encontrarás todo lo que propongo. Es una agenda de proposiciones muy decentes que se surtirá de las informaciones que me encuentro y me llaman la atención, actividades que propongo y de informaciones que los demás aporten.

Por fin organizaremos las ideas de todos para otorgar al tiempo libre la importancia que merece. Os mantendré informados de mi "agenda" de tiempo libre, de lo que ofrecen nuestras ciudades, pueblos, sierras, playas, comunidad, país....¡y más allá!

Aprovechar el tiempo libre no siempre consiste en hacer algo que esté planeado, organizado, reservado..., también es importante tener tiempo simplemente para perderlo. Una buena peli, el sofá, una cerveza o una copa de vino, la estufita, un buen juego de mesa o simplemente...pensar en las musarañas,....¡el silencio! que tampoco está nada mal. Aquí habrá opciones, unos días para unos, otros días para otros y si de ahí sacamos buenas ideas pues todos ganamos.

El que pueda aportar información y opinar, se convertirá en aliado. El que tenga una duda en la que yo pueda serviros, aquí estoy. Intentaré poner esto en marcha, poner fotos y comentarios de las actividades realizadas, menos de mi sofá.

Se pueden hacer mil y una cosas sin estar en el taco y otras tantas siendo de la hermandad del jamón de bellota y la gamba blanca. Aunque la mayoría, os lo aseguro, será adaptado a mi situación actual de tiesa.

Ya sabes: "¡Lázaro! ¡Levántate y anda!"


domingo, 11 de diciembre de 2011

Se acerca la Navidad

Muchos dicen que no les gusta la Navidad porque es triste, porque es una fiesta en la que "por obligación" hay que reunirse con familia, amigos, compañeros de trabajo..., que se ha convertido en una "Oda al consumismo" en la que se imponen, por cierto, costumbres y tradiciones de allende los mares.

Pues yo digo que no estoy de acuerdo. No señores. A mí, ¡me encanta la Navidad! Precisamente me gusta tanto porque la vivo como a mí me da la gana, os cuento todo esto sin dejar de ser sincera, ya que indudablemente no tengo más remedio que tragar con ciertas cosas que no me gustan del todo. Pero ¿qué fiesta está libre de nuestro deseo de cambiar algo?

Por supuesto que echo de menos a la gente que falta, pero no por ello dejo de disfrutar con bastante energía de los que tengo a mi vera. ¿Quién se reune por obligación con la familia? es que mi familia es un regalo y, para ser justos, nosotros somos muuuuy pesados y festejamos, como decimos nosotros, hasta abrir un melón. ¿Con mis amigos? nos reunímos cada vez que podemos, pero vuelvo a preguntarme ¿quién se reune con ellos por obligación? Y con los compañeros de trabajo, pues sí, con algunos no nos gustaría, pero ¡¿qué más da?! Vamos a comer, a beber y a pasarlo bien. Todo lo que sea fiesta, ¡me parece de lujo! Lo de que se ha convertido en una Oda al consumismo, pues no puedo negarlo. Pero que cada uno preste atención a lo que le gusta, ¿no? Que grandes superficies saquen provecho a estas fiestas me saca de quicio, pero en cierto modo lo entiendo. Lo que entiendo menos es que haya gente que se deje llevar por el consumismo, eso sí me da pena. Pero yo paso. Yo sigo reuniéndome con mi familia, que ahora debo conpartir con otras familias, por lo que no puedo estar todas las Navidades con ellos, como me gustaría. Sigo montando mi Nacimiento de toda la vida y otros que se me ocurren, y mi árbol. Sigo cantando villancicos desde que me levanto. Sigo levantándome con mi madre y supervisión de mi abuela desde el sillón, a las 7 de la mañana del 24 para hacer los riquísimos buñuelos de viento para tomarlos luego con el chocolate casero, nada de solubles, sucedáneos y demás inventos, el chocolate de verdad. Seguimos reuniéndonos mis hermanas, mi madre y yo a cocinar para quinientos, aunque sólo nos juntemos ocho y tres niños pequeños, en Noche Buena o Fin de Año, según les toque. Y ese descontrol en la cocina me vuelve loca, ¡me encanta!. Seguimos con las copitas de Anis RIGO y los dulces navideños, unos comprados y otros hechos por mi persona, como los mazapanes, huesos de santo o pan de Cádiz, al calor de la copa hasta que nos suben los colores.

Confieso que por supuesto pongo algún adorno de Papá Noel, pero en mi casa los regalos los traen los Reyes Magos de Oriente. Y nada de que Papa Noel trae también cositas.

Seguimos llevando a los niños de toda la familia, que ya son mucho, a ver los Belenes de Sevilla. Esa es la mejor excusa para reunirnos los primos y tías a comer y celebrar a la familia. Antes nos llevaban mis tías y ahora nos toca a nosotros.

Y lo de montar el árbol y el Nacimiento con mis sobrinos, es un plus que ha hecho de mi Navidad algo aún más bonito. Después viene la ilusión de pedir a los Reyes regalos para ellos, mis padres, mis hermanas y cuñados, mi abuela, y a alguna amiga por ahí. Y pasear por Sevilla que está preciosa, aunque aquí debo decir que no estoy nada de acuerdo con el derroche de iluminación en los tiempos que corren, pero de que está preciosa no hay duda.

Algunos han decidido desvirtuar el significado de la Navidad porque se han dejado llevar por algunos o todos los motivos que nombré antes. Pero yo, señores, debo decir que me parecen las fiestas más alegres del año. Soy creyente y no me avergüenza decirlo, por cierto. Por lo que celebro con júbilo el nacimiento de la Fe, la Esperanza y la Caridad personificadas en Jesús de Nazaret. Y este es el secreto de que mantenga en estas fiestas las mismas ilusiones que cuando era niña.

Por supuesto, luego viene Fin de Año. Antes era el despiporre. Ahora estoy más calmada y disfruto con mi familia y amigos bebiendo con nuestra bolsa de cotillón y jugando al Pictionary partiéndonos de risa con las ocurrencias de mis padres. Aunque este año, probablemente, vuelva a salir de bares, ya veré.

Después de escribir extensísimamente, por cierto, sobre mi forma de vivir y celebrar la Navidad iré colgando propuestas para ver y hacer en estas fechas.

¡¡A disfrutarlas, que para eso están!!

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